domingo, 10 de octubre de 2010

JOAN SEBASTIAN

Su carrera musical también fue grande con más de 150 discos grabados. En el género ranchero es considerado uno de los máximos exponentes comparado con figuras como José Alfredo Jiménez, Javier Solís o Jorge Negrete. Lo mismo ha interpretado antiguas canciones de la época de la Revolución Mexicana y otras de fuerte inspiración popular, lo cual le valió la fama internacional.
Algunas de sus canciones más famosas son Ay, Chabela, El aventurero, Corrido de Lucio Vásquez, Caballo de patas blancas, Triste recuerdo, entre muchas otras más, con las que demuestra que heredó su talento artístico a sus hijos como Pepe Aguilar, quien a pesar de su gusto por el rock ha desarrollado una gran carrera en la música regional mexicana.
Tenía 17 años cuando abandonó el seminario para dedicarse "en cuerpo y alma a la carrera musical". Para sobrevivir financieramente se fue a trabajar como auxiliar de administración en el Departamento de Hospedaje al Centro Vacacional Oaxtepec, de Morelos, donde liberaba su emergente energía musical cantando a través del equipo intercomunicador. Transcurría 1968, "un año problemático y de conflictos en México".

Una noche llegó Angélica María, quien buscaba una cabaña para pernoctar; y mientras esperaba, le preguntó si cantaba. Al día siguiente él le interpretó unas seis canciones. Todas le gustaron. Al terminar, le sugirió que las grabara y le dio el número de teléfono de Eduardo Magallanes.

El sueño se convertía en ilusión y ésta en un dorado proyecto. Joan Sebastian se fue a la Ciudad de México, donde le informaron que Magallanes andaba de gira. Tocando puertas, llegó a la conclusión de que la compañía que más se le acercaba era Discos Orfeón. Otra aspirante a estrella, que también hacía antesala por esos días, era Olga Breeskin, la muchacha del violín, quien sí fue contratada.

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